¿Para qué sirve el arte?
México D.F., 28 de Abril de 2015.- Paul Achar, Presidente de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (Somaap), que agrupa a pintores, escultores, fotógrafos, grabadistas y diseñadores gráficos, dijo que las funciones del arte son inimaginables y cita algunas de ellas:
Función mágico-religiosa. Es el uso del arte ligado a los rituales mágicos para los que se produce. Se cree que esta es la función principal del arte primitivo. Pero actualmente cobra relevancia en las diferentes religiones y el arte sacro cobra importancia día a día en una sociedad global que experimenta nuevas formas de comunión con lo divino. “Las estadísticas muestran la aparición de nuevas prácticas religiosas y mágicas todos los días, rituales que deben traducirse a una expresión artística para ganar adeptos”, asegura el artista.
Función estética. Impera la función estética cuando la obra de arte gira en torno al concepto de belleza. La obra arquitectónica sin una pieza artística aparece simplista. Una escultura o obra plástica le impone mayor belleza y humanismo. “Es el trabajo que armoniza espacios y luz, es deleite en si mismo”, comenta Achar.
Función ideológica. Se transmiten los pensamientos de un movimiento social, político o religioso a través de la obra de arte. “Es una huella indeleble en el tiempo, el cofre de una época con todas sus creencias, valores y logros. Una obra de arte testifica un tiempo”.
Función conmemorativa y de promoción. Es el arte frecuentemente usado dentro de la propaganda política para la exaltación de triunfos y la divinización de figuras históricas como en la Antigua Roma. En la actualidad se emplea también para dar testimonio de logros de fundadores de empresas y “héroes”.
Función pedagógica. Las clases dirigentes, como las órdenes religiosas durante la Edad Media, encargan al artista representaciones que ilustren sus mensajes para adoctrinar al grueso de la población que no sabía leer. Hoy sirve para reforzar valores o exaltar pasajes históricos o personajes meritorios.
Función de registro, análisis y expansión de la realidad. El artista investiga su entorno y muestra la información que ha recopilado a través de la obra de arte. El estrecho vínculo entre la producción de arte y su contexto histórico permiten que, aunque el registro de su entorno no haya sido una prioridad para el artista, a través de las obras de arte se pueda obtener información de la cultura de la que proviene.
Función modeladora de la sensibilidad. La contemplación de obras de arte enriquece y da forma a la sensibilidad artística del espectador.
Función ornamental. El arte se usa para transformar un espacio.
Función mercantil. Las obras de arte tienen un valor de cambio y el arte se convierte en un producto más. Con esta función aparecen intermediarios que ponen en circulación las obras (marchantes, galerías, casas de subastas, etc.) y crece la distancia entre el artista y el público general.
Función de discriminador social. Cuando se compra arte caro se adquiere un prestigio directamente relacionado con la capacidad de pagar grandes sumas por un objeto que es innecesario y que carece de utilidad aparente.
Finalmente Achar menciona otra función: disminuye el estrés y nos aparta de un mundo de caos y violencia. Es el paraíso en la tierra y esto implica que atenúa los grandes problemas emocionales y de salud derivados de los crímenes de alto impacto social.
Para más información: Ivette Estrada
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